Ya se acercan las posadas y con ellas las piñatas llenas de…¿frutas? Descuida, después de leer esto, vas a querer ser el primero en correr a recoger las mandarinas.

Este jugoso, dulcecito y anaranjado fruto típico de esta temporada otoño-invierno, es originario de China, en donde se cree que se le otorga este nombre por los mandarines, quienes eran los privilegiados que tenían acceso a esta fruta.
Hoy en día, la mandarina s echa popularizado por su rico sabor dulzón y su facilidad de pelar, además, de que está llena de múltiples beneficios que te compartimos a continuación.

- Como buen cítrico, la mandarina es rica en vitamina C, perfecta para evitar los resfriados en esta época tan fría y evitar la anemia, debido a que este nutriente es esencial para absorber el hierro.
- También tiene altos niveles de vitamina A que ayuda a reducir el riesgo de cáncer en el hígado.
- Además, es un antioxidante natural. Así que esta aromática fruta te protege por dentro y por fuera.
- Ayuda a mejorar problemas de presión arterial ya que hace más eficiente la absorción de grasas y triglicéridos.

- Su cáscara no solo nos invade de su rico y característico perfume, también ayuda a reducir el nivel de colesterol malo en la sangre.
- Por si fuera poco, la mandarina es perfecta para contrarrestar el estreñimiento gracias a que el 88% de ella es agua y aporta 2g de fibra dietética.
- Las mandarinas también soy ricas en ácido fólico que ayuda a la correcta formación de los bebés en la etapa de gestación; también ayuda a que el cabello y las uñas crezcan fuertes.
- De igual forma, esta fruta contiene varios minerales, el principal de ellos es el potasio, que ayuda a generar y transmitir los impulsos nerviosos, la actividad muscular y el equilibrio hídrico de las células.
Ya sea en jugo, en una ensalada, a gajos, confitada…no importa la presentación mientras consumas tu ración diaria de mandarina. Y claro, no dejes que te la partan.