La inteligencia artificial está revolucionando el mundo, pero no siempre para bien. Cada día circulan en redes sociales imágenes, audios y videos creados con herramientas que imitan voces, rostros y gestos de manera casi perfecta. Estos deepfakes no solo se usan para memes o bromas: pueden alterar la opinión pública, influir en campañas políticas o dañar la reputación de una persona en cuestión de segundos.
En México, ya se han detectado casos de candidatos y figuras públicas que aparecen en videos falsos diciendo cosas que nunca expresaron. La pregunta es: ¿cómo podemos defendernos de esta manipulación digital? Expertos señalan que la educación mediática, la verificación de fuentes y el desarrollo de herramientas de detección son claves. Mientras tanto, los usuarios deben recordar que no todo lo que circula en TikTok, Instagram o WhatsApp es real, aunque se vea convincente.