La piel dorada siempre ha sido un símbolo de verano, vacaciones y estilo. Pero en 2025, la moda de broncearse ha dado un giro preocupante: cada vez más adolescentes están planeando su exposición solar según el índice UV, buscando el “momento perfecto” para quemarse… sí, quemarse, porque el bronceado en realidad es una respuesta de defensa del cuerpo al daño solar.
Esta práctica está siendo impulsada por retos virales, influencers que promueven el tono tostado como ideal de belleza y, lo más alarmante, una desinformación brutal sobre los riesgos reales. ¿La realidad? No existe un bronceado seguro. Cualquier cambio de tono en la piel es señal de daño celular, acumulativo y peligroso.
Dermatólogos y oncólogos lo repiten: el sol sin protección envejece, mancha y, en muchos casos, puede derivar en melanoma, el tipo de cáncer de piel más agresivo. Según nuevas estadísticas, el melanoma ha aumentado entre menores de 25 años en los últimos 5 años, especialmente en regiones donde el bronceado se asocia con estatus, belleza o popularidad en redes sociales.
Este fenómeno ha encendido alarmas en múltiples sectores. Instituciones de salud pública han lanzado campañas en TikTok y YouTube, usando lenguaje juvenil y testimonios reales de personas que enfrentaron consecuencias graves por no usar protector solar. Incluso miembros de la realeza, como la princesa Ingrid Alexandra de Noruega, han encabezado proyectos para promover hábitos de autocuidado entre jóvenes europeos.
Y es que el bloqueador ya no es opcional: es una barrera diaria contra el envejecimiento prematuro y los riesgos dermatológicos. Con opciones que van desde pantallas minerales hasta sprays de textura ligera, no hay excusa para no protegerse. Además, muchas marcas ya combinan protector con maquillaje, hidratante e incluso tratamiento antiacné.
Por otro lado, celebridades como Natalia Lafourcade, quien promueve el bienestar holístico y la conexión con el cuerpo, se han unido a iniciativas que promueven el cuidado de la piel como parte de un autocuidado integral, y no solo estético.
Es momento de cambiar el chip: el verdadero glow no viene del sol, sino de la salud y la prevención. La piel es para toda la vida. ¿Vale la pena arriesgarla por unos likes?