¿Estamos todos agotados o ya es parte del outfit? El burnout disfrazado de lifestyle
Bienvenido a la era del agotamiento cool
Despiertas, revisas el celular, subes una historia con una taza de café y el caption “Cansado pero con estilo”. Te lanzas a tu jornada maratónica con los audífonos puestos, sin cuestionarte si realmente dormiste bien o si solo estás sobreviviendo con un shot de espresso emocional. Esta escena no es de una serie de Netflix: es la vida cotidiana de millones de jóvenes adultos que, sin saberlo, se han convertido en parte de lo que ahora se conoce como “la generación cansada”.
Sí, estamos hablando de ese grupo de personas —principalmente entre los 20 y 40 años— que siempre están haciendo algo, siempre están disponibles, siempre están conectados… pero casi nunca descansados. Y no, no se trata de flojera ni de falta de disciplina: es un fenómeno global en el que se mezclan expectativas sociales, cultura digital, sobreexigencia personal y la necesidad (casi patológica) de estar bien.
El burnout ya no es una crisis… es un lifestyle
En algún momento, estar “ocupado” se convirtió en símbolo de éxito. Si tienes agenda llena, correos sin leer, juntas back-to-back y sigues posteando historias en el gym, entonces estás “aprovechando la vida”. Pero ¿en qué momento confundimos productividad con valía personal?
El burnout —ese agotamiento físico y mental que antes solo se asociaba a ejecutivos de Wall Street— ahora afecta a estudiantes, freelancers, creativos, influencers, emprendedores… y sí, también a godínez con alma rebelde. La diferencia es que hoy se disfraza de estética. En redes vemos posts con frases tipo “trabaja duro, pero nunca descuides tu skincare” o “mi paz mental es mi prioridad (pero no he dormido en tres días)”. Esa contradicción nos está consumiendo.
El algoritmo también cansa (y mucho)
No es casualidad que te sientas cansado después de scrollear por 20 minutos. El contenido aspiracional, que muchas veces admiramos sin cuestionarlo, termina siendo una fuente silenciosa de agotamiento emocional.
La comparación constante, el FOMO (fear of missing out) y esa necesidad de estar “mejorando siempre” están quemando las mentes jóvenes más rápido de lo que se queman los likes en un reel viral. ¿Te has dado cuenta que hasta descansar tiene reglas ahora? Si no es yoga, journaling, un smoothie detox y una playlist de meditación… entonces “no estás descansando bien”.
Cansancio emocional: el nuevo default
La generación cansada no solo está física y mentalmente agotada, también vive en modo piloto automático emocional. A veces no hay espacio ni para procesar lo que sentimos porque estamos demasiado ocupados en sobrevivir, rendir y cumplir. Se volvió normal decir “estoy bien, solo cansado” como si fuera una excusa socialmente aceptada para evadir lo que realmente nos duele, nos frustra o nos agota.
¿Y sabes qué es lo más heavy? Que muchos de nosotros no sabemos cómo no estar cansados. El cuerpo se acostumbra al rush constante y, cuando finalmente llega el descanso, aparece la culpa. Porque si no estás haciendo nada, sientes que estás perdiendo el tiempo. Y eso, amiga, amigo, amigue, es otra forma de cansancio más silenciosa pero igual de peligrosa.
¿Y si estar bien ya no fuera un performance?
La solución no está en irnos todos a un retiro espiritual (aunque sí suena tentador). La clave está en empezar a normalizar el descanso real, el decir “no puedo”, el poner límites sin sentir culpa. Es momento de dejar de glorificar la agenda llena y empezar a romantizar la pausa.
Necesitamos redes que no nos obliguen a ser versiones editadas de nosotros mismos, trabajos que no nos expriman hasta dejarnos vacíos y relaciones que no se alimenten de nuestra constante disponibilidad emocional.
¿Cómo salimos de esta sin renunciar al mundo?
- Reconoce que el cansancio también es una emoción y merece validación, no filtros.
- Apaga el modo “multitasking”, aunque sea una vez al día.
- Deja de ver el descanso como un lujo y empieza a verlo como una necesidad básica.
- Redefine el éxito: no es quien más hace, es quien más disfruta lo que hace.
- Y lo más importante: empieza a hablarlo. Si tú estás cansado, seguramente tu mejor amiga, tu roomie, tu primo y hasta tu jefe también lo están.
El descanso es revolución
La generación cansada está despertando. Y no, no para seguir corriendo. Sino para empezar a vivir a un ritmo que realmente sea humano. Quizá el futuro no esté en ser más productivos, sino en aprender a detenernos sin miedo, sin culpa y sin necesidad de likes que lo validen.