¿La Moda es Realmente Inclusiva? Lo que las Marcas No Quieren que Sepas

¿La Moda es Realmente Inclusiva? Lo que las Marcas No Quieren que Sepas

En los últimos años, el término “moda inclusiva” se ha convertido en un mantra para muchas marcas que buscan posicionarse como responsables y avanzadas en cuanto a la representación y diversidad. Sin embargo, cuando se observa más de cerca, las contradicciones empiezan a emerger, revelando que, aunque algunas marcas dicen abrazar la inclusión, aún existen barreras significativas que limitan el acceso real a productos y experiencias verdaderamente inclusivas.

El Marketing de la Inclusión: ¿Un Espejismo?

En campañas publicitarias y en redes sociales, las marcas de moda aseguran ser inclusivas al presentar modelos de diferentes razas, tallas y edades. Pero, ¿realmente están cumpliendo con sus promesas o simplemente se están aprovechando de una tendencia para obtener beneficios comerciales?

Marcas globales han lanzado colecciones que incluyen rangos de tallas más amplios o colaboraciones con diseñadores de diferentes orígenes étnicos, pero la pregunta es: ¿están haciendo suficiente? Las imágenes de diversidad que vemos en las campañas rara vez se traducen en opciones accesibles en las tiendas físicas o en línea, y mucho menos en una representatividad real de la sociedad.

El Desajuste entre la Publicidad y la Disponibilidad Real

Una de las principales críticas a las marcas que promueven la moda inclusiva es que muchas veces, lo que ofrecen no es accesible en todos los contextos. Un análisis reciente de varias colecciones de moda inclusiva mostró que, aunque algunas marcas exhiben modelos de diferentes tamaños y razas, las opciones de ropa realmente inclusivas no son tan extensas como las campañas publicitarias sugieren.

Tamaño y Acceso: La Gran Brecha

Aunque algunas marcas han ampliado sus rangos de tallas para incluir desde la talla 0 hasta la talla 24 o más, muchos consumidores siguen enfrentándose a la falta de opciones fuera de esos rangos estándar. El problema no es solo que las prendas en tallas grandes o pequeñas no sean tan variadas, sino que a menudo no se fabrican con la misma calidad o diseño que las versiones más pequeñas. Las tallas grandes se limitan a colores neutros, diseños aburridos y cortes poco favorecedores, lo que deja claro que la moda inclusiva aún no está al mismo nivel que la moda convencional.

Por otro lado, las tallas extremadamente pequeñas también enfrentan limitaciones. Las personas con cuerpos más delgados a menudo no tienen acceso a las mismas opciones de estilo, o las prendas disponibles tienden a ser muy básicas, lo que lleva a la frustración por la falta de variedad.

Diversidad de Razas: Una Inclusión Superficial

Aunque hemos visto avances significativos en la representación de razas en las campañas de moda, la inclusión real sigue siendo una lucha. Muchas marcas promueven campañas con modelos de diferentes orígenes étnicos, pero estas representaciones suelen ser limitadas y, en ocasiones, superficialmente integradas solo durante momentos clave, como el mes del orgullo o el mes de la historia negra.

Es común ver que las marcas “inclusivas” se centren en ciertas razas o etnias más que en otras, sin abordar la verdadera diversidad cultural en su totalidad. Además, las marcas rara vez incluyen modelos de distintas edades, o aquellas con características físicas como cicatrices, discapacidades o colores de piel menos representados en la industria. Esto crea una falsa sensación de inclusión que no se traduce en un cambio real ni en las decisiones de compra, ni en el diseño de productos.

Edad: La Inclusión Olvidada

El envejecimiento es otra área donde la industria de la moda ha sido notoriamente excluyente. Las campañas publicitarias suelen centrar su atención en modelos jóvenes, manteniendo la idea de que la moda solo es para personas con ciertos estándares de juventud. Sin embargo, la realidad es que muchas personas mayores tienen un poder adquisitivo significativo y un interés real por seguir siendo parte del mundo de la moda.

Marcas que afirman ser inclusivas, en muchos casos, no ofrecen opciones apropiadas para personas de todas las edades. Las prendas suelen ser más apropiadas para un público juvenil, dejando fuera a quienes desean productos que se ajusten a sus estilos de vida, sin ser etiquetados como “fuera de moda” o “anticuados”.

El Cambio Necesario: Más que una Tendencia

Lo que está claro es que la industria de la moda aún tiene un largo camino por recorrer. La verdadera inclusión no puede ser solo una táctica de marketing. Las marcas deben ir más allá de las campañas publicitarias y considerar una diversidad real en sus procesos de diseño, producción y comercialización. Esto incluye ampliar los rangos de tallas, hacer accesibles sus productos a todas las etnias y edades, y asegurar que todas las personas se sientan realmente representadas.

El cambio hacia una verdadera moda inclusiva debe ser integral: debe verse reflejado en las pasarelas, en las tiendas, y en la forma en que las marcas comunican sus valores. La inclusión no debe ser solo un punto de venta; debe ser una práctica diaria.

La moda inclusiva es, sin lugar a dudas, un concepto poderoso, pero la realidad es que muchas marcas aún no están dispuestas a ir más allá de lo superficial. Las contradicciones en cuanto a la accesibilidad de productos y la representación de diversidad nos muestran que, aunque la industria ha dado algunos pasos en la dirección correcta, aún queda mucho por hacer. Es hora de que las marcas dejen de hacer promesas vacías y realmente trabajen por una inclusión genuina que abarque todos los tamaños, razas, edades y características físicas, sin excepciones. ¡La moda realmente inclusiva aún está por llegar!

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