El cine mexicano vive un renacimiento. Directores jóvenes están llevando historias auténticas y frescas a festivales internacionales como Cannes, Venecia y Toronto. Películas independientes con bajo presupuesto logran conectar con audiencias globales gracias a su realismo y creatividad.
Temas como identidad, migración, feminismo y vida urbana dominan esta nueva ola. Plataformas de streaming también apuestan por estos creadores, dándoles visibilidad mundial.
Entre los nombres que suenan están Lila Avilés (“Tótem”), Michel Franco (“Nuevo Orden”) y Tatiana Huezo (“Noche de fuego”). Más allá de Hollywood, el cine mexicano está marcando su propio camino con voz propia.