El 5 de mayo de 2025, el Met se convirtió una vez más en la pasarela más salvaje del planeta. Bajo el tema “Artífices y Autómatas: Moda y Maquinaria Humana”, las celebridades respondieron con audacia, tecnología, arte y más de un guiño al futuro distópico que parece cada vez menos ciencia ficción y más pasarela.
Aquí no hubo medias tintas: o venías a romper el algoritmo o mejor te quedabas en casa. Estos fueron los mejores vestidos de la noche, no solo por su estética, sino por la narrativa, el statement y el nivel técnico que manejaron.
Zendaya – La flor biónica
La actriz y musa de la moda llegó como una criatura de otro mundo. Su vestido diseñado por Iris van Herpen combinaba capas flotantes de organza impresa en 3D, circuitos visibles y microactuadores que abrían y cerraban pétalos mecánicos al ritmo de sus pasos. Era alta costura que respiraba.
El vestido incluía sensores que reaccionaban a la luz, haciendo que cambiara de color bajo diferentes flashes. Un espectáculo tecnológico y visual. Zendaya no asistió a la Met Gala, ella la poseyó.

Bad Bunny – Bordado algorítmico
El reggaetonero optó por un look conceptual creado por Maison Margiela en colaboración con un colectivo de artistas digitales latinos. Su traje, aparentemente sobrio, era en realidad un textil programado: sus patrones bordados a mano estaban basados en ecuaciones generativas, y al contacto con cámaras térmicas, revelaban un diseño oculto inspirado en códices prehispánicos.
Su mensaje era claro: la identidad no se borra con la automatización. Se reinventa. Épico.

Doja Cat – Cyborg barroco
Siempre provocadora, Doja Cat desfiló en un corset estructurado en metal líquido, con incrustaciones de espejos rotos y luces LED que palpitaban como un corazón biónico. Su maquillaje replicaba las placas de un androide fracturado y su cabello era una escultura de alambres dorados.
Fue como si H.R. Giger y Versace hubieran tenido un hijo y lo criaran en una rave en Marte.

Timothée Chalamet – Príncipe digital
El actor francés-estadounidense se presentó con un conjunto futurista de Rick Owens, compuesto por una capa holográfica que proyectaba imágenes en tiempo real desde su cuenta de Instagram. El outfit fusionaba lo clásico (bordados góticos, estructuras renacentistas) con lo cyber (pantallas flexibles y sensores de movimiento).
Una experiencia de moda inmersiva. Literalmente, podías verte reflejado en él.

Jennie Kim – Minimalismo robótico
La integrante de BLACKPINK apostó por un diseño de Mugler que parecía sacado de un laboratorio de nanotecnología. Un body con detalles metálicos flotantes, integrado con sensores que detectaban el ritmo cardíaco del público cercano. Cada latido activaba una serie de destellos luminosos en su outfit.
Jennie redefinió el “menos es más” con un vestido que era todo menos básico.

Pedro Pascal – Punk mecatrónico
Siempre disruptivo, Pedro apostó por un look de Balenciaga que cruzaba cyberpunk con estética post-industrial. Un abrigo negro oversized con placas de acero reciclado, botas que emitían sonido al caminar y una máscara facial transparente impresa en resina biodegradable con un poema anti-tecnología inscrito.
Su mensaje era claro: resistir desde la belleza. Y vaya que lo logró.

Tilda Swinton – El oráculo del silicio
Tilda fue el statement viviente. Vestida por Comme des Garçons, apareció en un traje blanco geométrico con capas de organza que simulaban datos flotando, acompañado de un casco de vidrio que proyectaba cifras del impacto ambiental de la moda. Literalmente, caminaba con los datos sobre su cabeza.
Una intervención artística más que un vestido. Fue a predicar desde la alfombra roja.

Rosalía – Flamenco robótico
La Motomami llegó con un vestido creado por Loewe, que fusionaba volantes clásicos con engranajes móviles. Al bailar (porque sí, bailó en las escaleras), el vestido se expandía como una flor en loop mecánico. Cada volante tenía una microturbina que generaba energía cinética para alimentar luces LED en sus zapatos.
Rosalía electrificó el Met. Literalmente.

Lil Nas X – Deidad digital
Cubierto en una segunda piel de silicona brillante, el rapero llevó un body escultural diseñado por Balmain que integraba circuitos visibles y una capa flotante sostenida por drones. Cada paso suyo activaba una coreografía de luces controladas por IA. Una experiencia sensorial y teatral que dejó a todos con la boca abierta.
No caminó la alfombra. La comandó como si fuera un escenario.

Anya Taylor-Joy – Autómata victoriana
Anya brilló como una muñeca mecánica salida de una novela steampunk. Su vestido, diseñado por Alexander McQueen, integraba piezas de relojería funcionales en el corset. Al caminar, se escuchaba un tic-tac que parecía marcar el tiempo entre siglos. El look fue acompañado por guantes metálicos articulados y una tiara con piezas de cobre.
Poesía en movimiento. Y en engranajes.

Epílogo visual
La Met Gala 2025 no fue solo una noche de alta costura, sino un laboratorio donde la tecnología, la creatividad y el cuerpo humano se fundieron para decir: el futuro de la moda no está en el futuro. Está pasando ahora. Y se ve espectacular.