Más que mascotas, los perros se han convertido en verdaderos terapeutas de cuatro patas. Estudios demuestran que convivir con un perro reduce la presión arterial, mejora el estado de ánimo y disminuye la sensación de soledad. Y no solo eso: también enseñan empatía, paciencia y amor incondicional.

En 2025, se ha vuelto tendencia adoptar perros rescatados y participar en entrenamientos de conexión emocional, donde el objetivo no es solo que el perro obedezca, sino que ambos se entiendan.
Cuidar de un perro implica una gran responsabilidad, pero también una gran recompensa emocional. Y como dicen muchos: “quien no conoce el amor de un perro, no sabe lo que es el amor verdadero”.