Slow fashion, fast likes: ¿hipocresía cool o cambio real?”

Slow fashion, fast likes: ¿hipocresía cool o cambio real?”

De repente, todo el mundo parece querer salvar el planeta… pero sin dejar de vestirse cool. En TikTok, Instagram y Pinterest reina una nueva ola de “fashionistas conscientes” que hablan de segunda mano, reutilización, armarios cápsula y huella de carbono. Pero la pregunta incómoda es: ¿es esto un cambio auténtico o solo una estética más del algoritmo?

Mientras vemos hauls de ropa de segunda por doquier, el fast fashion sigue creciendo. Y las marcas se suben a la ola del “greenwashing” con campañas eco-friendly que a veces no resisten ni un Google. Esta nota explora si el slow fashion llegó para quedarse o si es solo otra microtendencia bonita para tu feed.


¿Qué es realmente el slow fashion?

El slow fashion (o “moda lenta”) es un movimiento que promueve:

  • Comprar menos, pero mejor.
  • Preferir calidad, durabilidad y producción ética.
  • Valorar lo local, artesanal y sustentable.

Nació como respuesta directa al modelo industrializado del fast fashion (Zara, Shein, H&M), que produce ropa barata, rápido y en masa. El problema es que este modelo es insostenible: contaminación, explotación laboral y toneladas de desechos textiles cada año.

Pero el slow fashion no es solo ir al tianguis vintage o decir “yo no compro Shein”. Es un mindset: pensar antes de comprar, cuidar lo que tienes, reparar, intercambiar y reducir el consumo innecesario.


TikTok, Pinterest y el boom de lo “estético y ético”

El auge del slow fashion coincidió con una necesidad de diferenciarse en redes. Ya no basta con verse cool, ahora también hay que parecer consciente.

TikTok ha sido clave. Hashtags como #slowfashion, #thriftflip y #sustainablestyle suman millones de views. Influencers enseñan cómo transformar jeans viejos, hacer su propia ropa, o armar outfits minimalistas de forma ética.

Pero el problema es que, en muchos casos, el foco no está en el mensaje, sino en la estética. El slow fashion se volvió otro “look” más que una filosofía: fotos con luz cálida, prendas beige, tote bags, plantas en fondo y música LoFi. ¿Suena familiar?

“Muchas chicas hablan de moda sustentable, pero hacen un haul semanal. ¿Dónde está la coherencia?”, comenta Laura García, activista y diseñadora independiente.


El dilema de las marcas: greenwashing vs. compromiso real

El capitalismo no pierde tiempo. Ante el boom eco, muchas marcas fast fashion han lanzado líneas “eco”, con etiquetas verdes, algodón orgánico y mensajes como “hecho con amor al planeta”. Spoiler: muchas veces es puro marketing.

Esto se conoce como greenwashing, y es cuando una empresa aparenta ser sustentable sin comprometerse realmente. Cambian el empaque, hacen un video inspirador… pero siguen produciendo en fábricas cuestionables y contaminando igual.

Algunas marcas que han sido señaladas por esto:

  • H&M Conscious Collection
  • Zara Join Life
  • Shein Eco Collection (sí, aunque no lo creas)

¿Hay marcas haciendo las cosas bien? Sí: Patagonia, Everlane, Reformation o Etérea (mexicana) son ejemplos reales de ética, transparencia y compromiso ambiental.


¿Cómo podemos hacerlo mejor (sin dejar de vernos cool)?

La clave es consumir con intención, no con culpa. Aquí algunas recomendaciones reales para aplicar el slow fashion sin dramas ni extremos:

  • 🌿 Compra menos: haz un detox de tu clóset y define lo que realmente usas.
  • 🪡 Repara y transforma: aprendamos de nuestras abuelitas.
  • 🔄 Intercambia ropa con amigas, apps o ferias locales.
  • 👗 Apoya marcas pequeñas, mexicanas, con producción local y responsable.
  • 🛒 Cómprale a diseñadores independientes o segunda mano cool (y no solo por estética vintage).

El slow fashion no es perfecto. No todos tienen el presupuesto para invertir en ropa ética todo el tiempo. Pero se trata de hacer lo mejor posible con lo que tienes, y eso sí es cool.

editor

Related Articles

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.