Todo se ve perfecto: un desayuno en bowl con frutas alineadas, ropa en tonos neutros, rutina matutina con journaling, skincare de 12 pasos y un matcha en mano. Si tu feed está lleno de esto, estás siendo víctima (o parte) del fenómeno del lifestyle “aesthetic”.
Lo aesthetic es visualmente atractivo, armónico y minimalista, pero detrás del filtro cálido, las velas de soya y la agenda decorada, hay una presión silenciosa y muy real. Esta nota entra justo ahí: en lo que nadie publica, lo que no cabe en un Reel, y lo que empieza a afectar el bienestar mental y emocional de toda una generación.
¿Qué es exactamente vivir un “lifestyle aesthetic”?
El lifestyle aesthetic no es una moda, es una forma de construir tu personalidad a través de lo visual. Su raíz viene de Tumblr, Pinterest y TikTok, donde cada detalle de tu vida debe seguir una misma narrativa visual. Y se divide en subgéneros:
- Clean girl aesthetic: piel glow, peinados pulidos, oro minimalista, matcha.
- That girl: se levanta a las 5 AM, medita, hace yoga, come avocado toast.
- Cottagecore: vida lenta, flores silvestres, vestidos vintage.
- Dark academia, coquette, vanilla girl, etc.
Parecen diferentes, pero todas tienen algo en común: construyen una vida que se ve perfecta, aunque no lo sea.
El costo mental de querer vivir como tu feed
El problema no está en tener rutinas ni en buscar belleza. El problema es que muchas personas empiezan a sentirse fracasadas si su vida no se ve así.
- Ansiedad por la productividad: Si no hiciste journaling, leíste 10 páginas y fuiste al gym antes de las 9 AM, sientes culpa.
- Comparación constante: Tu casa no es tan blanca, tu piel no brilla tanto, tu desayuno no es tan fotogénico.
- Desconexión emocional: Vives para capturar momentos, no para sentirlos.
Según un estudio de la American Psychological Association, los estilos de vida idealizados en redes sociales están relacionados con un incremento de trastornos de ansiedad, depresión y autoimagen negativa, especialmente en mujeres jóvenes.
“Lo aesthetic nos hace sentir que el éxito personal también debe verse perfecto. Pero la vida no siempre es beige, ni cabe en un grid de Instagram”, dice Tania Figueroa, psicóloga especialista en cultura digital.
Consumismo disfrazado de autocuidado
La otra cara incómoda de lo aesthetic es que, aunque predica “minimalismo”, está fuertemente ligado al consumo. Todo es curado, comprado, planeado:
- Skincare carísimo.
- Outfits neutros de Zara, COS o Skims.
- Agendas de diseño, velas, diffusers, suplementos…
¿Autocuidado o consumo aspiracional? Lo que empezó como una forma de cuidar tu bienestar, se convirtió en una estética que muchas veces es excluyente. ¿Qué pasa si no puedes permitirte ese estilo de vida? ¿Si vives en una casa compartida, no tienes luz natural o apenas sobrevives con el salario base?
La presión estética en redes muchas veces desconecta el estilo de vida con la realidad social y económica de miles de personas.
Romper el molde (sin dejar de ser tú)
Ojo: no se trata de cancelar lo aesthetic. Se trata de cuestionar por qué lo seguimos sin pensar, y si realmente representa quién somos.
- ¿Estás haciendo journaling porque te ayuda o porque “eso hacen las chicas exitosas”?
- ¿Te levantas a las 5 AM porque lo disfrutas o porque crees que si no lo haces, estás fallando?
- ¿Compras esa taza beige porque te gusta o porque la viste en TikTok?
El verdadero estilo de vida cool no es el que se ve bien en cámara. Es el que te hace bien cuando nadie te está viendo.