By La relación entre mente y moda es más profunda de lo que creemos. Cada vez más expertos coinciden en que nuestra forma de vestir puede ser una herramienta de autocuidado emocional. ¿Te ha pasado que cuando estás triste te vistes de gris o negro? Eso no es coincidencia, es tu cuerpo expresando lo que tu boca a veces no puede decir.
Ahora, imagina usar esa misma conexión para sanar. Vestirte con colores que eleven tu ánimo o con texturas que te abracen el alma puede cambiar tu día entero. No se trata de negar lo que sientes, sino de acompañarlo con piezas que te impulsen a sentirte contenida, segura y poderosa.
El color juega un rol clave. Amarillo para los días donde necesitas alegría, rojo cuando necesitas valentía, azul para momentos de calma. Combinar tu mood con tu outfit se convierte en un ritual que te conecta contigo misma. Es un acto consciente de cariño y escucha interior.
Vístete no para impresionar a otros, sino para expresarte y darte soporte emocional. Tu clóset puede ser un espejo de tu evolución interna. Es hora de dejar de vestirnos por inercia y empezar a vestirnos con intención. Porque sanar también puede ser chic.
