Cuando una historia deja de ser contada por los mismos de siempre
La narrativa del conflicto en Gaza ya no está monopolizada por grandes medios ni por discursos diplomáticos. Hoy, son los jóvenes palestinos quienes están contando su historia en tiempo real, armados con celulares, conexión limitada… y mucho valor.
Desde TikTok, Instagram y X (antes Twitter), miles de voces transmiten lo que los noticieros callan. No son influencers, son sobrevivientes. Y sus publicaciones están sacudiendo la conciencia del mundo.
El nuevo periodismo: con WiFi inestable, pero verdad cruda
Las imágenes que salen de Gaza no tienen filtros. No están producidas. Son grabaciones de personas corriendo bajo bombas, madres mostrando su refrigerador vacío, niños leyendo entre ruinas.
Cuentas como @palestinianvoice, @gazagirl y @undergroundgaza han logrado millones de vistas, creando lo que muchos llaman la “resistencia digital”.
Estas publicaciones no solo informan. Emocionan. Incomodan. Humanizan. Rompen con la narrativa fría de las cifras… y nos muestran los rostros reales detrás de cada estadística.
La guerra también se libra en algoritmos
Pero no todo es visibilidad. Varios usuarios han denunciado que sus publicaciones son eliminadas, silenciadas o bajadas de alcance. Especialmente en plataformas como Instagram o TikTok, donde los hashtags relacionados con Palestina a menudo desaparecen de búsquedas.
Esto ha generado acusaciones de censura y presión por parte de gobiernos y lobbies internacionales. Sin embargo, la gente sigue hablando. Sigue grabando. Sigue resistiendo.
Porque cuando ya no hay electricidad, comida ni hospitales, la palabra se convierte en la última herramienta de defensa.
El poder de compartir, comentar, amplificar
Quizá tú que estás leyendo esto pienses: “¿de qué sirve darle like a una historia sobre Gaza?”. Sirve. Porque esa interacción hace que más gente la vea. Porque ese algoritmo despierta. Porque esa historia no muere en el silencio.
En un mundo donde todo se viraliza —modas, bailes, chismes—, ¿por qué no viralizar también la injusticia? ¿Por qué no hacer que la empatía tenga alcance global?
Las redes sociales no van a detener una bomba. Pero sí pueden evitar que el mundo se olvide de lo que está pasando.
Y eso, en estos tiempos, es una forma de resistencia poderosa.
Lo que está ocurriendo en Palestina no es solo un conflicto. Es una lucha por existir, por contar su versión, por no desaparecer del mapa… ni del feed.