La noche está cambiando. En vez de shots, hay jugos prensados. En lugar de borracheras, hay sesiones de meditación colectiva, música envolvente y pistas llenas de personas sobrias bailando con euforia. Así son los neoclubs, espacios nocturnos que rompen el molde de la fiesta tradicional. Aquí, lo importante no es embriagarse, sino conectar, expresarse y disfrutar sin consecuencias al día siguiente.
Este movimiento ha tomado fuerza en ciudades como Berlín, Nueva York o Ciudad de México, donde nuevos públicos —desde los “sober curious” hasta los que buscan una alternativa más consciente— están reinventando la forma de socializar. Los neoclubs mezclan arte, comunidad, wellness y beats electrónicos en una experiencia tan intensa como saludable.