El fenómeno puertorriqueño vuelve a dar de qué hablar, pero esta vez no es por un disco ni por un tour. Bad Bunny ha revelado su pasión por el arte visual, presentando piezas abstractas que ya despiertan interés en coleccionistas. Sus obras, cargadas de color y rebeldía, reflejan la esencia de su estilo musical, pero en un lienzo. ¿Será el inicio de una nueva etapa o solo un pasatiempo artístico? Lo cierto es que su capacidad de reinventarse nunca deja de sorprender.

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