By Con apenas 32 años, Esmeralda Ferrer Garibay había construido una sólida comunidad en TikTok, donde compartía momentos de su vida y su personalidad fresca conquistaba a miles. Sin embargo, su nombre dio un giro inesperado cuando se reportó una tragedia que conmocionó a Guadalajara.
La noticia se viralizó en cuestión de horas y despertó la atención internacional, no solo por lo impactante de los hechos, sino porque abrió conversación sobre la inseguridad que viven los creadores en México. Esmeralda pasó de ser un rostro alegre en la pantalla de millones a convertirse en símbolo de un país donde las redes sociales no siempre son un refugio seguro.
Su historia sigue siendo mencionada como ejemplo de la vulnerabilidad de los influencers que, aunque parecen intocables en internet, enfrentan riesgos reales fuera de la pantalla.
