El café de especialidad ha conquistado a los millennials y centennials mexicanos. Ya no basta con pedir un americano: ahora se habla de métodos como Chemex, V60 o prensa francesa. El consumidor busca aromas, notas, origen y hasta el nombre del productor que cultivó el grano.
En CDMX, Guadalajara y Monterrey se multiplican los coffee shops con ambientes minimalistas, playlists cuidadosamente curadas y baristas que parecen sommeliers del café. La tendencia no solo es moda: también impulsa el comercio justo y el apoyo a cafetaleros nacionales, especialmente en Oaxaca, Chiapas y Veracruz.
La taza se encarece, sí, pero detrás hay toda una cadena de valor que apuesta por calidad y sostenibilidad.