Este ritual consiste en escribir en un papel todo aquello que se desea dejar atrás: miedos, relaciones tóxicas, errores o situaciones dolorosas. Al finalizar el año, el papel se quema como símbolo de liberación.
Es uno de los rituales más terapéuticos, ya que obliga a reflexionar sobre lo vivido y cerrar ciclos conscientemente. Muchas personas aseguran sentir alivio inmediato, como si el acto físico de quemar el papel ayudara a procesar emocionalmente el pasado.

