By Becky G empezó cantando sobre shower time y bailando reguetón “lindo” para toda la familia. Pero si no la has seguido últimamente, déjame decirte que ya no es esa morra cute de la radio. Es una mujer en toda la extensión de la palabra: dueña de su voz, su carrera, su cuerpo y su historia.
Su presentación en Coachella lo confirmó: Becky está en su Glow Up. Se viste como quiere, canta lo que siente y ya no pide permiso. Su álbum “Esquinas”, en donde mezcla inglés, español, regional mexicano y reguetón, es una carta de amor a sus raíces, pero también una declaración de poder.
Lo más cool es cómo ha usado su fama para hablar de cosas reales:
- Infidelidades, salud mental, amor propio, duelos, identidad cultural.
- Rompe el molde de “tienes que ser perfecta para gustar”.
- Se mostró vulnerable tras su ruptura con Sebastián Lletget, pero salió más fuerte.
Becky ya no canta solo para entretenerte. Canta para liberar, para sanar, para inspirar. Y eso la convierte en mucho más que una popstar: es una voz latina real, empoderada y sin miedo a incomodar.
