By Atrás quedaron los conciertos donde solo veías al artista desde lejos y cantabas con una chela en mano. Hoy, los shows en vivo se convirtieron en experiencias multisensoriales: luces que te envuelven, pantallas interactivas, realidad aumentada, escenografías 360°, hologramas, performances visuales y hasta aromas.
Bienvenidx a la era de los conciertos inmersivos, donde la música se siente, se ve, se huele y, a veces, hasta se vive como si estuvieras dentro de un videojuego. Esta nota explora cómo tecnología, arte y performance están cambiando la forma de consumir música en vivo. Spoiler: ya no hay vuelta atrás.
¿Qué es un concierto inmersivo?
Un concierto inmersivo va más allá del audio: te mete en un universo completo, con estímulos visuales, táctiles, olfativos o digitales. Es como si el show fuera una cápsula de otro mundo donde tú eres parte activa, no solo espectador.
Elementos comunes de estos shows:
- Pantallas gigantes envolventes o LED en 360°.
- Mapping proyectado en tiempo real.
- Realidad aumentada a través de apps o lentes.
- Instalaciones artísticas que reaccionan a la música.
- Escenografía teatral o narrativa (como una película en vivo).
- Perfumes ambientales o ambientación sensorial.
Este formato se ha popularizado en festivales, giras internacionales, exhibiciones de música clásica y hasta en experiencias privadas para fans VIP.
Los artistas que están rompiendo con la cuarta pared
Algunos artistas están llevando esto a otro nivel:
1. Travis Scott – UTOPIA (2023–2024):
Su gira combinó escenografía brutalista, una pirámide que se abría al centro del escenario, pantallas giratorias y animaciones CGI. Cada canción tenía su propio “universo”.
2. Rosalía – MOTOMAMI World Tour:
Utilizó cámaras robóticas en tiempo real, edición en vivo estilo TikTok, coreografías sincronizadas con visuales e iluminación que respondía al ritmo de su voz. Un show tan experimental como emocionante.
3. The Weeknd – After Hours Tour:
Cinematografía de terror retro, un recorrido narrativo, efectos especiales tipo película de David Lynch y sonido envolvente. Parecía más una película distópica que un concierto.
4. Beyoncé – Renaissance Tour:
Visuales con estética cyber, pantallas mecánicas móviles, performances teatrales, props gigantes y un sistema de sonido en 360. No fue solo un show: fue una obra futurista de performance y empoderamiento.
La tecnología detrás del wow
La magia no pasa sola. Aquí hay un ejército de creativos tech:
- Mapping y CGI en vivo: Visuales que reaccionan al beat o movimientos del artista.
- Realidad aumentada (AR): Aplicaciones con filtros en vivo para que el público vea criaturas, animaciones o escenografía digital desde su asiento.
- Interactividad: Desde luces que reaccionan al público hasta pulseras inteligentes que se iluminan en sincronía (como las de Coldplay).
- IA creativa: Algunas producciones ya usan IA para componer visuales o mezclar audio en vivo basado en las emociones del momento.
También hay escenarios móviles, plataformas hidráulicas, drones sincronizados y hasta escenografía inflable digital.
¿Hacia dónde va el futuro de los conciertos?
Todo apunta a una sola dirección: experiencias inmersivas personalizadas y multisensoriales. Se están explorando:
- Conciertos en el metaverso con avatares interactivos.
- Giras donde cada ciudad tenga una narrativa distinta.
- Inteligencia artificial que genera visuales en tiempo real dependiendo del ánimo del público.
- Escenarios “vivos” que cambian de forma según la canción.
- Plataformas móviles donde el artista se traslada entre el público o los visuales se proyectan desde el suelo al cielo.
¿Suena a Black Mirror? Tal vez. ¿Pero suena también a wow? Totalmente.
