Los videos generados con inteligencia artificial están marcando un nuevo capítulo en la política y el entretenimiento. Desde deepfakes que imitan discursos de políticos hasta parodias virales que inundan TikTok, la IA está redefiniendo la creación audiovisual.
El problema: la delgada línea entre la sátira y la desinformación. Mientras algunos celebran la creatividad, otros piden regulación más estricta para evitar fraudes o manipulación de masas.
