Olivia Rodrigo ya no es esa chica tímida que cantaba sobre exes en habitaciones tristes. No, señor. Ahora es una mujer con guitarra eléctrica en mano, labios rojo sangre, y un mensaje claro: “Estoy harta, y tengo cosas que decir (y cantar)”. Y lo está haciendo con una fuerza que nos está volando la peluca.

Desde que lanzó su segundo álbum Guts, Olivia ha dejado atrás la imagen melancólica de Sour para entrar en una etapa más agresiva, más rockera y, sobre todo, más empoderada. Sus letras ahora tienen filo: hablan de enojo, de decepciones, de inseguridad, pero también de fuerza y libertad. Canciones como “Vampire” o “Get Him Back!” están cargadas de sarcasmo, resentimiento… y verdad pura.
Y ojo, que no todo es música: su imagen pública también ha evolucionado. Olivia ha adoptado un estilo punk glam con minifaldas con estoperoles, delineado cat eye y botas altas que gritan “soy joven, poderosa y no me vas a decir cómo comportarme”. Este rebranding la ha colocado como referente estético para una generación que ya no quiere ser la víctima, sino la protagonista de su historia.
En redes sociales, los fans han notado el cambio: Olivia ya no está pidiendo permiso. Está hablando de temas incómodos con una madurez emocional brutal para su edad (¡apenas tiene 21 años!), y además lo hace con una estética cuidada, sin perder la sensibilidad que la caracteriza.
En entrevistas recientes, ha dicho que este álbum nació de su frustración con la industria musical, las relaciones unilaterales y la constante presión de “ser perfecta”. Su respuesta fue escribir canciones como “Ballad of a Homeschooled Girl”, donde se burla de sus propias inseguridades con humor ácido. Olivia ya no es solo la chica de los corazones rotos. Es la chica que aprendió a bailar sobre ellos.
Además, se viene con todo en 2025: nueva gira mundial, posible colaboración con Halsey y rumores de que está en pláticas para participar en una película musical. Olivia no solo está brillando, está reclamando el spotlight como suyo, con talento, rabia y una energía que conecta con toda una generación que no quiere callar más.
En resumen: Olivia Rodrigo está en fuego. Su voz sigue doliendo, pero ahora también grita. Y nos encanta cada segundo de esta nueva era