En ciudades como Dubái y Miami, los gimnasios bajo el agua están marcando la pauta fitness. Las rutinas se hacen dentro de piscinas de cristal con vistas marinas, combinando cardio, yoga y fuerza con la resistencia natural del agua. El beneficio: menos impacto en las articulaciones y mayor quema de calorías. Además, entrenar rodeado de burbujas y luces acuáticas hace que la experiencia sea tan estética como efectiva.

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