El nuevo lenguaje de la protesta: activismo versión 5G

El nuevo lenguaje de la protesta: activismo versión 5G

Si antes las revoluciones se tejían en fábricas, sindicatos o plazas, hoy también se organizan en Instagram, WhatsApp y TikTok.
La protesta ya no solo vive en la calle, vive en las pantallas.
Y aunque cambió la forma, el grito sigue siendo el mismo: justicia, dignidad y derechos para todxs.

Lo que vemos en México, Colombia, Francia, Irán o Estados Unidos es parte de un fenómeno global. La gente está harta de esperar, y en 2025 se están alzando con más creatividad, estrategia y visibilidad que nunca.


¿Qué están exigiendo las generaciones actuales?

Las causas ya no son lineales, son múltiples e interconectadas.
Hoy se marcha por:

  • Derechos de las mujeres (el feminismo sigue siendo punta de lanza global).
  • Justicia climática (la Gen Z no está dispuesta a heredar un planeta incendiado).
  • Equidad racial, LGBTQ+ y de género.
  • Mejor acceso a salud mental, vivienda, educación y trabajo digno.
  • Contra regímenes autoritarios, corrupción o violencia policial.

Y aunque parezcan temas diferentes, todos comparten una raíz: un sistema que ya no representa ni cuida a las personas.


Protestar hoy: entre likes, algoritmos y gases lacrimógenos

La gran paradoja del activismo moderno es que puede viralizarse y censurarse al mismo tiempo.
Un video desde Gaza, Chiapas o París puede abrirte los ojos… o desaparecer misteriosamente de tus redes.

Además, la represión no ha disminuido:

  • En Francia, las marchas por pensiones siguen siendo contenidas con fuerza brutal.
  • En Irán, miles de mujeres aún arriesgan su vida por mostrar su cabello.
  • En América Latina, el “control del orden” muchas veces es sinónimo de abuso del Estado.

Pero nada de eso ha frenado la ola.
Cada pancarta, performance o tweet rebelde cuenta. Cada vez que alguien se planta frente al poder, deja una huella.


¿Sirve de algo marchar hoy?

Totalmente. Aunque los cambios a veces son lentos, la presión social sí transforma políticas.
La protesta logró avances históricos:

  • Legalización del aborto en Argentina.
  • Reformas policiales en EE. UU.
  • Inclusión de juventudes en negociaciones climáticas globales.
  • Presupuestos millonarios reasignados gracias al ruido en redes.

Y lo más valioso: le devuelve a la gente la voz. En un mundo donde el sistema muchas veces aplasta, gritar colectivamente es un acto de amor propio y de esperanza.


Así que si estás hartx, no te calles. Sal, postea, grita, comparte, cuestiona.
Porque no hay futuro sin protesta, y no hay revolución sin comunidad.

editor

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