La industria del cine está de luto con la partida de una de sus figuras más queridas y talentosas, Maggie Smith, quien falleció en Londres a los 89 años este 27 de septiembre, según confirmó su familia en un comunicado. La icónica actriz británica, conocida por sus papeles en la saga de Harry Potter como la profesora Minerva McGonagall, y en la aclamada serie Downton Abbey, dejó un legado imborrable en el cine y la televisión. A lo largo de su carrera, Smith fue reconocida con múltiples premios, incluyendo dos premios Oscar, lo que la consolidó como una de las grandes leyendas del cine.
Los hijos de Maggie, Chris Larkin y Toby Stephens, dieron a conocer que su famosa madre se encontraba ingresada en el Chelsea and Westminster Hospital de la capital británica al momento de su deceso. “Nos llena de profunda tristeza anunciar el fallecimiento de la Dama Maggie Smith. Falleció en paz en el hospital a primera hora de la mañana del viernes 27 de septiembre”, expresaron los hermanos en su comunicado enviado a la BBC.
“Como una persona intensamente reservada, estuvo con sus amigos y su familia en el final de sus días. Deja dos hijos y cinco nietos que están destrozados por la pérdida de su extraordinaria madre y abuela”, agrega el mensaje, que también fue confirmado por la publicista Clair Dobbs.
La familia de la destacada actriz aprovechó para reconocer al “maravilloso” personal del hospital que atendió a Maggie por “sus cuidados y su amabilidad sin límites durante sus últimos días”. Además, expresó su agradecimiento a los fans por su cariño. “Les agradecemos todos sus amables mensajes y su apoyo y les pedimos que respeten nuestra privacidad en estos momentos”, expresó.
Años atrás, mientras grababa Harry Potter y el Misterio del Príncipe (2009), la actriz enfrentó uno de los problemas de salud más severos de su vida. Maggie, entonces con 74 años, fue diagnosticada con cáncer de mama antes de que iniciara el rodaje, por lo que comenzó a recibir quimioterapia. Pese a lo agresivo del tratamiento, la actriz no abandonó las grabaciones.
“Estaba totalmente calva. No tenía problemas con usar una peluca. Era como un huevo cocido”, contó en 2009 en una entrevista con The Times. Maggie Smith confesó además que, aunque el cáncer era horrible, la quimioterapia la hacía sentir “mucho peor que el propio cáncer”. Afortunadamente, después de dos años de tratamiento, logró recuperarse y seguir con su trabajo.
Smith deja una huella imborrable en la industria cinematográfica con sus interpretaciones memorables y su inigualable talento actoral. Su versatilidad y presencia escénica la convirtieron en una figura emblemática tanto en el cine como en la televisión, ganándose el cariño y respeto de colegas y fans alrededor del mundo.