Después de más de un mes de luna de miel, Sofía Castro y Pablo Bernot finalmente han regresado a casa para comenzar este nuevo capítulo como marido y mujer. Mientras se ocupan de acondicionar su “nido de amor” y disfrutan de su vida en pareja, Sofía decidió hacer una parada muy especial: viajó a Miami con un solo propósito, reencontrarse con su mamá, Angélica Rivera, a quien no veía desde las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. Este viaje fue especialmente significativo para Sofía, ya que, por primera vez, pasó las fiestas lejos de su familia, algo que le hizo mucha falta.
El esperado reencuentro se plasmó en redes sociales, donde madre e hija compartieron la emoción del momento con una foto en la que ambas lucen radiantes y felices. Sofía acompañó la imagen con el sencillo pero profundo “Por fin”, reflejando lo mucho que ansiaba estar nuevamente con su madre. Este gesto de amor y conexión no solo representa la relación cercana que tienen, sino también el hecho de que Sofía aprovechó su tiempo en Miami para contarle todos los detalles de su luna de miel, un viaje inolvidable que comenzó en Japón y culminó en las paradisíacas Maldivas.
Justo un año antes, madre e hija habían viajado a París para comenzar los preparativos de la boda, una aventura llena de complicidad y momentos especiales. Durante ese tiempo, compartieron la experiencia de buscar el vestido perfecto, el cual fue diseñado por la casa Oscar de la Renta, al igual que el que Angélica Rivera lució el día en que Sofía llegó al altar. Ese viaje fue clave en el proceso, no solo por el aspecto estético, sino por el apoyo y los consejos que Angélica brindó a su hija en un momento de tantos cambios.
Sofía no dejó de agradecer a su mamá por todo el apoyo que le brindó durante los preparativos de su boda. A través de mensajes llenos de amor y gratitud, expresó lo que su madre significa para ella: “Gracias por ser mi mejor amiga, mi confidente, mi fuerza. Por hacer que todo fuera tan especial y por siempre estar ahí, especialmente cuando más te necesito”. Y no solo fue un apoyo durante los preparativos de su boda, sino a lo largo de toda su vida, convirtiéndose en su gran cómplice.
Este viaje a París, además de ser un momento único de unión, también dejó huella en Sofía. En una entrevista, comentó lo especial que fue para ella haber organizado ese viaje y cómo quiso compartirlo con su madre: “Fue un viaje que organicé yo y la quise invitar, porque quería tener su consejo a la hora de elegir mi vestido. Fueron días de mucha unión, nos divertimos muchísimo, me dio muchos consejos. Fue muy bonito vivir ese momento con ella”.
Para Sofía, compartir cada paso de su boda con su mamá, desde los preparativos hasta el gran día, es un recuerdo que atesora profundamente. Este reencuentro en Miami no solo reafirma el lazo inquebrantable entre ellas, sino que también representa un nuevo comienzo lleno de amor y complicidad.