No es casualidad que los perros sean llamados los mejores amigos del hombre. Estudios recientes confirman que la interacción diaria con mascotas reduce los niveles de cortisol (hormona del estrés) y aumenta la oxitocina, la llamada “hormona del amor”.
Los veterinarios recomiendan establecer rutinas de paseo, alimentación equilibrada y chequeos regulares para garantizar una vida larga y saludable. Pero más allá del cuidado físico, los perros también requieren atención emocional: jugar, hablarles y pasar tiempo de calidad fortalece el vínculo y mejora su bienestar.
Además, adoptar y cuidar a un perro no solo cambia la vida de la mascota, sino también la de su dueño. Es un intercambio de cariño que beneficia a ambos.