El pasado 29 de noviembre, Natalia Jiménez y Arnold Hemkes dieron el siguiente paso en su historia de amor al unirse en matrimonio en una ceremonia que combinó la tradición y la modernidad. La celebración tuvo lugar en la espectacular Hacienda La Santa Cruz en Guadalajara, donde la pareja selló su amor tanto por la vía civil como religiosa. Con un ambiente íntimo y romántico, el evento fue el reflejo de una relación que creció desde una sólida amistad hasta convertirse en un amor irrefrenable.
En palabras de Arnold, la relación surgió “de cero”, desde un encuentro profesional que, con el tiempo, se transformó en una amistad entrañable y, finalmente, en un vínculo profundo e inquebrantable. Natalia, emocionada, comentó sobre su compañero de vida: “Con Arnold puedo ser yo misma, puedo mostrarme tal y como soy y sé que me va a querer de todas maneras”.
La ceremonia religiosa se llevó a cabo en una capilla adornada con flores de alcatraces y calas en tonos blancos e Ivory, creando una atmósfera de ensueño. Natalia, luciendo un vestido inspirado en la época del cine de oro, diseñado por Benito Santos, deslumbró a todos con su elegancia. En su camino al altar, fue acompañada por su hermano Ángel Calvo, mientras que Arnold, de frac, esperaba ansioso el momento.
La ceremonia religiosa estuvo llena de momentos emotivos, desde los votos de los novios hasta la participación de Alessandra, hija de Natalia, quien desempeñó un papel especial como paje. La emoción de la pequeña fue palpable, especialmente cuando entregó el ramo a la Virgen. Arnold destacó la relación que comparte con Alessandra, describiéndola como “increíblemente linda” y evidenciando la unión familiar que ya había formado con su hija.
Entre los momentos más especiales, los novios intercambiaron anillos diseñados exclusivamente por Renata Larios, con un detalle en esmeralda que tiene un significado profundo para la pareja.
La boda, colorida y relajada, reflejó el amor y el respeto que ambos sienten por su cultura y por México, país que ha sido clave en la vida de Natalia. Con una atmósfera alegre y festiva, los invitados celebraron hasta altas horas de la noche, guardando para siempre en sus corazones el recuerdo de un día lleno de amor y magia.