By Sofía Castro rara vez comparte aspectos de su vida privada con el público; sin embargo, durante su participación en La magia del caos, el podcast de Aislinn Derbez, la actriz se mostró sincera con la audiencia y habló, como nunca antes, sobre los momentos más difíciles que ha tenido que enfrentar. Para sorpresa de todos, la hija mayor de Angélica Rivera y José Alberto Castro reveló que el divorcio de su madre con el expresidente Enrique Peña Nieto fue un acontecimiento que marcó su vida y del que le costó recuperarse, dado el cariño que le tenía al político, a quien llegó a considerar como un padre durante la década de su matrimonio. Por primera vez, la actriz compartió cómo esa ruptura la obligó a convertirse en el apoyo de su madre, a pesar de su propia tristeza.
Para la actriz, recordar el 2019 es complicado debido a la serie de eventos desencadenados por el divorcio de Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto, un proceso que vivió bajo el escrutinio público. “Como era la más expuesta de la familia, era a la que peor le iba; sí me tundieron con todo”, aseguró. Más allá del revuelo mediático, Sofía también lidiaba con sus propios sentimientos: “Cuando vino el divorcio de mi mamá, experimenté una caída muy fuerte, porque me dolió mucho”, admitió la actriz.
El sentimiento de perder a un padre
Por primera vez, la actriz confesó que la separación de su madre le dejó una herida profunda: “Creo que esto nunca lo he dicho, pero me dolió más el divorcio de Enrique y de mi mamá que el de mis papás”, declaró con firmeza. Sofía explicó que, en el caso de sus padres, nunca sintió miedo de perder a ninguno de los dos; sin embargo, en la ruptura con Peña Nieto, sabía que él se alejaría de su vida. “Sabíamos que nunca íbamos a perder a mi papá, pero cuando ocurrió lo de Enrique, fue como: ‘Ya lo perdí a él’, y yo sí tenía una buena relación con él. Lo quise muchísimo, como un papá”, explicó.
A pesar de su propio dolor, Sofía reprimió sus sentimientos y se convirtió en la fortaleza de ‘La Gaviota’: “Toda la gente dice: ‘Ay sí, un contrato y no sé qué’, pero ¿qué hay del cariño familiar? Lo que viví con él, lo que él me dio, para mí sí fue un papá, y perderlo fue muy fuerte. Además, yo no podía llorar, porque tenía que estar con mi mamá y mis hermanas. Siempre, desde muy pequeña, desde que mis papás se divorciaron, asumí el rol de ser la mayor, pero muy mayor, y de repente convertirme en un esposo para mi mamá y en una esposa para mi papá”, aseguró.
El principal apoyo de su mamá tras la ruptura
En ese periodo, Sofía recuerda que el acoso en redes sociales se intensificó, y en varias ocasiones se vio en la necesidad de representar a su familia ante los medios: “Cuando salieron las fotos, no podía bajarme del camper porque tenía a 30 personas de prensa afuera; como que siempre me agarraron de vocera de la familia. Recuerdo que ese día me cancelaron el llamado”, compartió la actriz sobre el momento en que las imágenes de Enrique Peña Nieto y Tania Ruiz en Madrid dieron la vuelta al mundo.
Aunque su dolor era inmenso, en ese momento su prioridad era apoyar incondicionalmente a su mamá, quien enfrentó la separación como un golpe mucho más duro: “Cuando sucedió lo de mi mamá, no me permití llorar. Me dolió muchísimo, me rompió. Ella realmente la pasó muy mal, y verla tan rota fue devastador; porque en febrero de 2019, vi a mi mamá hecha trizas, y no sabía qué hacer. Tenía que ayudarla, así que me puse en modo supervivencia”, recordó. A pesar de intentar bloquear sus sentimientos, el divorcio se convirtió en un tema que inevitablemente tuvo que enfrentar en terapia: “Nunca me permití vivir ese duelo. Se me vinieron 12 años de mi vida en cuatro meses”, explicó, recordando aquella época en la que la vida de su familia dio un giro inesperado.
