El legado de figuras icónicas como Arnold Schwarzenegger, Jean-Claude Van Damme y Bruce Willis en el cine de acción durante los años ochenta y noventa es innegable, y no se puede pasar por alto a Sylvester Stallone. Este último se convirtió en una superestrella gracias a sus emblemáticos papeles como Rocky Balboa, el boxeador de Filadelfia, y John Rambo, el veterano de guerra, en películas que definieron una época. Las historias estaban llenas de explosiones, intensas peleas y secuencias de acción que dejaron una huella imborrable en el género.
Con tantas grandes personalidades en el mismo ámbito, era natural que el público hiciera comparaciones sobre quién era el mejor actor, quién tenía el físico más impresionante y quién ganaba más en taquilla. Stallone frecuentemente se vio envuelto en comparaciones con otros actores, lo que resultó en algunas rivalidades notorias. Aunque su rivalidad más famosa fue con Schwarzenegger, existe otra que muchos podrían haber olvidado: su tensa relación con Richard Gere, que tuvo lugar durante el rodaje de La pandilla del barrio en 1974.
Pocos recuerdan que, en esa época, ambos actores estaban comenzando a forjar sus carreras en Hollywood. Aunque eventualmente se convertirían en grandes estrellas, nunca lograron establecer una buena relación, marcando el principio y el final de su única colaboración. La tensión comenzó a gestarse desde el primer día del rodaje y se intensificó con el tiempo.
En una entrevista de 2006 con Ain’t It Cool, Stallone recordó esta rivalidad, describiendo a Gere como alguien que “se pavoneaba con su chaqueta de motociclista como si fuera el caballero más malo de la mesa redonda”. La rivalidad alcanzó un punto crítico durante un ensayo de una escena de pelea, donde lo que debía ser solo actuación comenzó a convertirse en un verdadero conflicto.
“Un día, durante una improvisación, me agarró mientras simulábamos una escena de lucha. Intenté pedirle que se relajara, pero él estaba tan metido en su papel que fue imposible discutir”, rememoró Stallone. Sin embargo, el momento más tenso ocurrió durante un almuerzo en Coney Island, donde un incidente aparentemente trivial escaló rápidamente.
“Estábamos en el asiento trasero de un Toyota y yo estaba disfrutando de un perrito caliente. Gere entró con un pollo cubierto de mostaza, y le advertí que no manchara mis pantalones”, recordó Stallone. Pero tras un descuido de Gere, un poco de mostaza cayó sobre él. “Le di un codazo y lo empujé fuera del coche”, explicó. Este altercado llevó a una confrontación mayor, y el director tuvo que intervenir para resolver la situación.
Ante la creciente tensión, el cineasta se vio obligado a tomar una decisión drástica: uno de ellos debía irse. Stallone, frustrado por el comportamiento de Gere y la falta de profesionalismo que había presenciado, pidió al director que tomara una decisión sobre quién debía continuar en el proyecto. “Richard fue despedido, y hasta el día de hoy me odia”, concluyó Stallone.