El 20 de agosto de 1989, los hermanos Lyle y Erik Menéndez llevaron a cabo el asesinato de sus padres en su mansión ubicada en Beverly Hills, California. Este crimen ha inspirado la nueva serie de Netflix “Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez”, que se estrenó el 19 de septiembre y consta de nueve episodios.
El caso de los hermanos Menéndez
El caso de los hermanos Menéndez se centra en el asesinato de José Menéndez, un ejecutivo musical de RCA Records de 45 años, y su esposa Mary Louise “Kitty” Menéndez, de 47. Ambos fueron víctimas de un brutal tiroteo en su hogar, un crimen que conmovió a la opinión pública y que ha sido objeto de múltiples investigaciones y producciones mediáticas. Los hermanos Lyle y Erik Menéndez, quienes llevaron a cabo el asesinato, alegaron que sus acciones fueron el resultado de años de abuso por parte de su padre, aunque esta defensa fue rechazada por la fiscalía, que argumentó que los hermanos estaban motivados por el deseo de heredar la fortuna familiar.
Lyle Menéndez, el hermano mayor, fue quien hizo la llamada al 911 y dijo en medio de
llantos: “Alguien mató a mis padres”. La grabación de la llamada, que se hizo pública y también se incluye en la serie, muestra el momento angustioso en el que Lyle informa a los operadores sobre la situación crítica:
“Emergencias: —Beverly Hills, emergencias.
Lyle Menéndez: —Sí.
Emergencias: —¿Qué sucede?
Lyle Menéndez: —Somos hijos de…
Emergencias: —¿Qué sucede?
Lyle Menéndez: —Alguien mató a mis padres.
Emergencias: —¿Qué? ¿Quién? ¿Siguen allí?
Lyle Menéndez: —Sí.
Emergencias: —¿Les dispararon?
Lyle Menéndez: —Sí (…)”
Inicialmente, los hermanos Menéndez negaron haber asesinado a sus padres, pero posteriormente admitieron su culpabilidad, aunque sostuvieron que sus acciones no fueron motivadas por el deseo de obtener dinero. Durante el primer juicio, que atrajo una gran atención mediática, proporcionaron detalles sobre los supuestos abusos sexuales y físicos que habían sufrido a manos de su padre.
En 1995, su abogada, Leslie Abramson, argumentó que no se trataba de un asesinato en el sentido tradicional, ya que no había mala intención en sus actos. Ella destacó los años de abuso psicológico y sexual, afirmando que los hermanos actuaron por miedo. “Si es miedo y no mala intención, no es asesinato”, declaró, según reportó CNN.
La defensa sostenía que los Menéndez habían actuado en defensa propia, motivados por una vida entera de abusos, y que su madre había sido indiferente a su sufrimiento. Sin embargo, la fiscalía se mostró escéptica respecto a sus testimonios y argumentó que su verdadero motivo era la avaricia, buscando beneficiarse del considerable patrimonio familiar, estimado en 13 millones de dólares.
El primer juicio de Lyle y Erik Menéndez fue transmitido por televisión y se realizó en 1993, donde cada hermano contó con un jurado independiente. Sin embargo, el juicio terminó en un empate, ya que ambos jurados no pudieron llegar a un veredicto en 1994.
El segundo juicio se llevó a cabo en 1996 y, tras tres días de deliberaciones, el jurado encontró a los hermanos culpables de homicidio premeditado. Actualmente, Lyle Menéndez, de 56 años, y Erik Menéndez, de 51, están cumpliendo cadena perpetua en la misma prisión de California, sin posibilidad de obtener libertad condicional.
El pedido para anular sus cadenas perpétuas
En mayo de 2023, los abogados de Lyle y Erik Menéndez presentaron nuevos documentos judiciales en los que afirmaban haber descubierto evidencias que podrían demostrar que sus condenas y sentencias de cadena perpetua debían ser anuladas. Esta nueva información podría tener un impacto significativo en el caso, reabriendo el debate sobre las circunstancias del crimen y las alegaciones de abuso que los hermanos expusieron durante su juicio.
Los defensores de Lyle y Erik Menéndez argumentaron que dos piezas de evidencia contradicen la narrativa presentada por la fiscalía, y por ello, presentaron una petición de hábeas corpus ante el Tribunal Superior de Los Ángeles. En esta petición, señalaron una carta escrita por Erik a su primo, Andy Cano, ocho meses antes de los homicidios, donde se detallan los abusos sufridos a manos de su padre.
La oficina del fiscal del condado de Los Ángeles, responsable de los juicios, emitió un comunicado indicando que estaban revisando la solicitud. La carta, que data de diciembre de 1988, revela la angustia de Erik al enfrentar la situación en su hogar. En ella, Erik expresa: “Sigue ocurriendo, Andy, pero ahora es peor para mí”.
Este hallazgo fue realizado por la hermana menor de José Menéndez, Marta Cano, quien compartió la carta con el periodista Robert Rand en abril de 2018. Rand luego la entregó al exabogado de apelaciones de Erik Menéndez, Cliff Gardner.
En la carta, Erik detalla sus miedos y la constante preocupación por los abusos: “Nunca sé cuándo va a pasar y me está volviendo loco. Todas las noches me quedo despierto pensando que puede venir. Necesito quitármelo de la cabeza… Está loco. Me ha advertido cientos de veces que no se lo diga a nadie, especialmente a Lyle”. Esta carta, según los defensores, añade peso a las afirmaciones de los hermanos sobre el ambiente de abuso que enfrentaban en su hogar.
Una revisión de los registros judiciales reveló que la carta de Erik Menéndez no fue presentada durante ninguno de los dos juicios. Esto se convierte en un punto clave en el argumento de la defensa, ya que la inclusión de dicha evidencia podría haber impactado significativamente el resultado.
Además de la carta, los defensores también presentaron el testimonio de Roy Roselló, exintegrante del grupo Menudo, quien afirmó haber sido abusado sexualmente por José Menéndez durante su adolescencia. Esta acusación se hizo pública en el documental “Menéndez + Menudo: Boys Betrayed”, estrenado en mayo de 2023 en la plataforma Peacock. Roselló testificó que Menéndez era un hombre violento y brutal, un punto que refuerza las alegaciones de abuso que han estado en el centro del caso de los hermanos Menéndez.
El documento judicial presentado por los abogados sostiene que las nuevas pruebas no solo demuestran el comportamiento violento de José Menéndez, sino que también sugieren que continuó abusando de Erik Menéndez en diciembre de 1988, lo que respalda el argumento de la defensa de que los hermanos actuaron motivados por un miedo genuino a su padre.
Con base en estas nuevas evidencias, los abogados solicitaron al tribunal que anule las condenas y sentencias impuestas a Lyle y Erik, o que permita la presentación de pruebas adicionales y una audiencia probatoria. Hasta ahora, no hay actualizaciones sobre esta solicitud, aunque Gardner indicó que el tribunal ha requerido al Estado que responda por escrito, con una respuesta programada para finales de noviembre.