Su nombre real es Drew Desbordes, pero todos lo conocen como Druski, el comediante que pasó de grabar sketches caseros a convertirse en la figura más cotizada del entretenimiento digital en 2025. Su humor absurdo, sus imitaciones brillantes y su presencia magnética en redes sociales lo convirtieron en un ícono cultural y en la herramienta secreta de las marcas más grandes del mundo.
Desde Pepsi hasta Google, pasando por Adidas, Amazon, e incluso Justin Bieber, todos quieren trabajar con él. Bieber lo incluyó recientemente en su nuevo videoclip “Swag”, donde Druski interpreta a un manager ficticio, y el video ya supera los 150 millones de reproducciones en YouTube.
Más allá de la comedia, Druski ha sabido capitalizar su autenticidad como un valor de marketing. Su capacidad para conectar con audiencias jóvenes, especialmente la Gen Z, lo ha hecho indispensable en campañas virales. En 2025, participó en al menos 12 campañas globales, y sus colaboraciones superan los 3 mil millones de vistas en TikTok.
Pero no todo ha sido risas. Algunos sketches han sido criticados por reforzar estereotipos o por rozar lo ofensivo. Aun así, Druski ha sabido responder con inteligencia y ha adaptado su contenido sin perder su esencia.
Hoy, no es solo un comediante. Es un fenómeno de marketing, un referente de autenticidad en redes y un símbolo de cómo el humor puede ser más poderoso que cualquier celebridad tradicional.
