By Pedro Fernández: Rumores, miradas y… ¿una verdad silenciada?
Durante años, Pedro Fernández, ídolo de la música ranchera, ha sido protagonista no solo de ovaciones en los escenarios, sino también de un murmullo constante: su orientación sexual. El tema volvió a arder en redes recientemente, luego de que circularan viejas fotografías y fragmentos de entrevistas donde algunos usuarios aseguran que hay “detalles que no cuadran”. Aunque el cantante ha preferido siempre evitar el tema o desmentirlo con sutileza, la polémica parece renovarse con cada paso que da.
Y es que en una industria como la del regional mexicano —tan marcada por estereotipos de masculinidad—, la mera posibilidad de que una de sus voces más queridas no cumpla con ese molde genera, todavía hoy, un escándalo.
Pedro, conocido por su carrera limpia, su carisma frente a las cámaras y una familia que ha mostrado en diversas ocasiones como parte de su imagen pública, nunca ha dado pie a una declaración contundente sobre su sexualidad. Lo que ha hecho, más bien, es aferrarse a lo que sabe hacer: cantar, actuar y mantenerse vigente en un medio que a veces aplaude más la “imagen” que el talento real.
Pero aquí la pregunta va más allá del chisme:
¿Vivimos en un México que aún no permite a sus ídolos vivir su verdad?
¿O estamos siendo injustos, intentando obligar a una figura pública a revelar aspectos íntimos de su vida solo para satisfacer la curiosidad colectiva?
Muchos aseguran que si Pedro fuera gay, no tendría por qué ocultarlo; otros argumentan que cada persona tiene su propio proceso y derecho a la privacidad. Lo cierto es que la sociedad mexicana aún tiene una cuenta pendiente con la diversidad, especialmente cuando se trata de personajes que desafían las normas tradicionales sin siquiera hablar.
El artista continúa con giras, éxitos y presentaciones. En lo público, sonríe y responde con elegancia. En lo privado, solo él conoce su verdad. Y tal vez —solo tal vez— eso debería ser suficiente.
