By ¿Alguna vez has sentido que tu outfit te cambia el ánimo? No es casualidad. La moda tiene un poder psicológico impresionante: nos ayuda a proyectar seguridad, energía y hasta liderazgo. Elegir lo que te pones cada día es como escribir el guion de tu día: ¿vas a ser la protagonista o la extra de tu propia historia?
Las prendas tienen una narrativa y tú eres la autora. Un blazer estructurado habla de control y poder; un vestido fluido sugiere libertad y creatividad. El truco está en conocerte tanto que tu clóset sea una extensión de tu personalidad. ¿Vas a un date, a una junta o al brunch con tus besties? Cada ocasión tiene su propio lenguaje fashionista.
Invertir en básicos con actitud es esencial. Una camisa blanca, pero con hombreras. Unos jeans clásicos, pero con corte de tendencia. No se trata de seguir modas como robot, sino de tomar lo mejor y hacerlo tuyo. Porque cuando tu look habla por ti, tú sólo sonríes y conquistas.
Y sí, a veces vestirse bien es una forma de autocuidado. Es darte un apapacho visual, una afirmación de que mereces sentirte increíble. Porque tú no te vistes para el mundo, te vistes para la mujer que estás construyendo día a día.
